Poner en funcionamiento una empresa es un proceso que puede llegar a ser complicado, debido a las diferentes gestiones que son necesarias llevar a cabo. En este sentido, resulta fundamental un apoyo o inyección financiero, que pueda ayudar a dar los primeros pasos con tranquilidad y seguridad.

Cómo se puede financiar una empresa es una pregunta muy frecuente que se hacen muchos emprendedores a la de comenzar un negocio. A continuación, vamos a ir detallando una guía breve con las claves más importantes.

Dentro del balance, la financiación de la empresa está en el lado del pasivo y el neto. De esta manera, se puede clasificar la financiación a corto y a largo plazo, siendo esta última una financiación prácticamente permanente.

De manera general, se considera que la financiación es a corto plazo cuando se debe pagar en menos de un año, mientras que se considera a largo plazo a la que el vencimiento es a un año o más tiempo. De este modo, si ordenamos de corto a largo plazo tenemos las siguientes partidas que financian la empresa en el pasivo, es decir, la parte que debemos devolver.

  • Los proveedores. Es muy normal que las mercancías que la empresa va a transformar o vender directamente al consumidor no se paguen de manera inmediata, sino que se dejen a deber y se paguen más adelante. Lo habitual es que la empresa pague las facturas a 30, 60 o 90 días.
  • Anticipos a clientes. Son las cantidades que nos dan los clientes a cuenta de un servicio o un bien que le entregaremos en el futuro.
  • Préstamos para empresas a corto plazo. Consiste en los préstamos que hemos solicitado a corto plazo o los préstamos que tenemos a largo pero que vencen en menos de un año. También es normal que las empresas tengan una póliza de crédito, de forma que pueden tomar prestado dinero de una manera más sencilla. También se puede solicitar un préstamo a una entidad financiera usando las letras de cambio o las facturas como garantía.
  • Contratos de leasing y similares. Contratos por los cuales una empresa obtiene un activo (un ordenador, un vehículo, una máquina,…) ejerciendo una opción de compra sobre el alquiler que se estaba haciendo.
  • Préstamos a largo plazo. En este apartado tenemos que incluir las hipotecas sobre los bienes muebles y los inmuebles. También se incluye las subvenciones que se tienen que devolver a la administración pública.
  • Bonos. Las grandes empresas tienen autorización para emitir bonos que generan un interés acordado. Son muy habituales en los mercados financieros.
  • Bonos convertibles. Se trata de bonos que se pueden convertir en acciones con el tiempo si así lo quieren los propietarios. En caso contrario, los propietarios pueden optar por tomar el dinero.

El patrimonio neto se puede encontrar el capital social (serías las participaciones y las acciones), las subvenciones y las reservas. No se trata de grupos homogéneos ya que hay diferentes tipos de acciones y de reservas.

  • Subvenciones. Es el capital que aportan las administraciones públicas para ayudar en la financiación a la empresa que cumple unos requisitos. Hay subvenciones a adquisición de maquinaria, al I+D+i, etc. Se pueden incluir en el neto cuando no se aplica en un único ejercicio y no son reembolsables.
  • Reservas. Generalmente se trata de los beneficios que se obtuvieron con anterioridad y que se guardan para poder ser reinvertidos. En función de la legislación, la situación contable y de los estatutos de la empresa puede estar en la obligación de que esos beneficios tengan que ser reinvertidos. En caso de que sean reembolsables, es decir, que hay que devolverlas, iría a préstamos.
  • Acciones convertibles. Se trata de acciones que los accionistas pueden decidir por recuperar su valor si quieren en el plazo que se haya acordado de antemano.
  • Acciones preferentes. Son las acciones que dan derecho a recibir un mayor beneficio que las acciones corrientes.
  • Acciones sin derecho a voto. Son aquellas acciones que no dan derecho a elegir a la dirección de la empresa o a ir a la junta de accionistas. A cambio se recibe un mayor dividendo por parte de la empresa.
  • Acciones corrientes. Son las partes del capital social como se conocen habitualmente. Dan derecho a recibir el dividendo y votar en la junta de los accionistas.

En principio el capital es una fuente de financiación permanente dentro de la empresa (los accionista no tienen como objetivo exigir su devolución), pero en caso de liquidación de la empresa, el capital será repartido entre los accionista de manera proporcional a lo que se aportó inicialmente. Así que más que permanente se puede clasificar como una financiación indefinida.

Que la financiación que aportan los accionistas sea indefinido no quiere decir que los accionistas no puedan abandonar la empresa. Si la empresa cotiza en bolsa, los accionistas pueden vender más fácilmente las acciones. Si no están se puede deshacer de ellas, pero es un poco más complicado y puede que se hayan pactado algunas restricciones en su venta.

Para acabar, decir que, a excepción del capital en participaciones o acciones corrientes y de las reservas que por ley se vea obligado a dotar a la empresa las demás son fuentes de financiación que son opcionales. No todas las compañías las usan todas o les resulta más cómodo hacer uso de todas.

En los últimos años, también ha aparecido otras opciones de financiación, como son el caso de los Business Angels y el crowdfunding, sin olvidarnos de las ayudas fiscales que conceden los Estados, que a pesar de que no supone una inyección financiera permite que se rebajen los costes de la actividad durante los inicios de la empresa.

El crowdfunding o financiación colectiva es una opción diferente a las anteriores para obtener el dinero que hace falta para empezar una actividad empresarial. Aparece en internet, y consiste en la cooperación de algunas personas a tu proyecto, aportando una cantidad pequeña de dinero a cambio de alguna contraprestación, que puede ser un porcentaje de la compañía o una muestra de los productos o servicios que se van a comercializar.

El business Angels se trata de buscar a una persona que tenga recursos y con disponibilidad para invertirlos en una start-up. La contraprestación que recibe esta persona suele ser una participaciones de la empresa.