Muchas veces las empresas pasan por problemas financieros a pesar de que sus negocios sean rentables. El retraso en los cobros de algún cliente, no poder descontarse un pagaré o la no renovación de una póliza de crédito, son algunas de las causas que pueden provocar problemas de liquidez a la empresa.

En estos casos lo habitual es recurrir a soluciones de financiación a corto plazo, como por ejemplo, solicitar un mini crédito para empresas o a entidades de capital riesgo. El problema de esta solución es que son parches temporales a la situación, por lo que al final se generan problemas más grandes de liquidez para afrontar los pagos corrientes del negocio.

Y las deudas terminan por estrangular a la empresa ante la falta de efectivo en caja. Así que al final toca buscar soluciones financieras permanentes, es decir, que resuelvan de una sola vez y de manera definitiva el problema de deudas en la compañía, y para ello, sólo hay dos soluciones definitivas antes de terminar en el concurso de acreedores:

  • Recapitalizar la empresa: En otras palabras, aportar más capital a través de los socios actuales o mediante la incorporación de nuevos socios. Todo va a depender de que los socios actuales tengan el dinero suficiente para dárselo a la empresa o que quieran reducir su participación con la entrada de nuevos socios capitalistas. Es una decisión muy compleja porque aportar fondos a la empresa puede suponer perder dinero e incluso parte del patrimonio personal si la empresa acaba quebrando. Y dar entrada a nuevos socios puede suponer “regalar” la empresa en la que tantas horas hemos invertido.
  • Refinanciar la deuda de la compañía: Sin duda es la mejor opción porque permite resolver los problemas financieros sin la necesidad de tener que permitir la entrada a nuevos socios capitalistas, ni que los actuales socios tengan que aportar más dinero a la empresa. De manera sencilla, refinanciar la deuda consiste en ajustar los plazos de pago de las deudas de la compañía a la capacidad que se tiene de generar tesorería derivada de los corbos y pagos del negocio. Para ello, se tendrá que refinanciar una deuda, por ejemplo, un préstamo hipotecario, o varias deudas si además queremos pagar a proveedores. Seguramente la refinanciación supondrá aportar alguna nueva garantía, ya sea hipotecaria o personal de los socios, pero siempre será mejor que tener que aportar dinero que en muchos casos no se dispone.

Cómo se tiene viabilidad con la refinanciación de las deudas

Una vez que ya tenemos claro que refinanciar las deudas de la compañía es la mejor opción que tenemos, hay que conseguir los siguientes pasos para poder obtener la refinanciación:

  • Saber cuál es la situación de todas las deudas. Para ello, es conveniente hacer una lista actualizada con todas las deudas que se tengan, quién es el acreedor, tipo de deuda (para poder separar aquellas que son bancarias de las que son de los proveedores o similares), el plazo de pago de esas deudas, el importe, los gastos o interés por impago y las garantías que tiene, ya sea de tipo hipotecario o personal.
  • Identificar cuáles son las deudas más factibles de refinanciar, y cuáles son las prioritarias que debemos refinanciar, por ser de mayor cuantía, tener mayores gastos por impago o estar garantizadas. Debemos tener en cuenta que la prioridad a la hora de refinanciar las deudas de la empresa también viene determinada por la posibilidad de que un acreedor solicite el concurso de acreedores a la compañía.
  • Controlar que durante el proceso de refinanciación de la deuda no se generen nuevos impagos porque un RAI por la devolución de un pagaré, el impago de las cuotas de un préstamo bancario o un embargo de la Seguridad Social o Hacienda, podría hacer fracasar todo el proceso de refinanciación. Sobre todo, cuando estamos refinanciando deudas de la empresa con entidades bancarias, ya que suele ser un proceso largo durante el que se revisa cualquier nuevo impago que se produzca por parte de la compañía.
  • Antes de la firma de la refinanciación tenemos que leer y repasar todas las condiciones, no tanto por los gastos de la operación y las garantías que se van a generar sino para estar seguros de que la refinanciación de las deudas de la compañía serán una solución a largo plazo de los problemas de caja. Por ello, es muy importante repasar los nuevos plazos de pago, así como que existan los periodos de carencia en los que sólo se pagarán intereses de la deuda. Normalmente la refinanciación se firma ante un notario, ya sea por las garantías hipotecarias o porque la deuda que se va a refinanciar ya se formalizó en una escritura pública.
  • Después de la firma de la operación se procede al pago de la deuda actual, con cargo al dinero de la refinanciación. Sobre todo al refinanciar la deuda de bancos, siendo un proceso que hace la propia entidad acreedora de manera automática sin que la compañía pueda disponer del dinero.
  • Cumplir por todos los medios los plazos de pago de la refinanciación de la deuda porque cualquier impago en la refinanciación puede suponer el vencimiento automático de toda la deuda, lo que puede llevar a la compañía al concurso de acreedores si no puede pagar la totalidad de la deuda más gastos e intereses.

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